sábado, 11 de septiembre de 2010

ALPENBREVET PLATINUM 2010

(Cronica de Domi)


Hasta este momento la Alpenbrevet era la prueba mas dura a la que me enfrentaba, un año antes ni siquiera había oído hablar de ella y los meses previos ni me había molestado en informarme del recorrido, simplemente sabía que me esperaban 276 kms y 7000 metros de desnivel acumulado, llegaba a este dia sin tenerlas todas conmigo, la preparación había sido buena, con bastante fondo acumulado y buenos resultados en las marchas que había corrido pero en mi interior pensaba que esos 7000 metros de desnivel estaban fuera de mi alcance.
Los momentos previos a la salida me encontraba bastante tranquilo, quizás porque me había hecho a la idea de que no podría terminar o incluso no podría pasar el corte, las únicas dudas que tenía eran que ropa ponerme ¿culotte largo o corto?, ¿camiseta térmica de invierno o de verano?, ¿lloverá o hará sol?, finalmente me decido por el culotte corto y la camiseta y los guantes de invierno, no hay que darle mas vueltas y que sea lo que dios quiera.
Suena el Hallelujah de handel para ponerte aun más la carne de gallina y se da la salida, había hablado con Peri y Juangre de intentar mantenernos juntos toda la marcha pero sabía que sería muy difícil, aun así los primeros kilómetros intento no perderlos de vista hasta ver que sensaciones me iba encontrando, pasamos el repecho previo a Innerkirtchen y rápidamente me doy cuenta de que no voy bien, tengo la sensación de que llevo pegamento en las ruedas, el asfalto agarra muchísimo y me cuesta mantener a Peri y a Juangre a la vista, al comenzar la subida al Sustenpass no se que hacer, si pegarme un calentón para llegar a ellos y decirles que se vallan o quedarme definitivamente, pero si hacía esto lo mismo les hacía perder mucho tiempo a ellos por lo que decido apretar un poco con el fin de que no tengan que esperarme mucho tiempo en la cima. Mas o menos a la mitad de la subida comienza a llover y empiezo a temerme que se van a cumplir mis peores presagios, al principio pensaba que sería poco tiempo pero no podía estar mas equivocado, ni en mis peores pesadillas me hubiera imaginado lo que me esperaba.
Al llegar a la cima me encuentro a Peri que estaba esperándome y le digo que no voy bien, me conozco y sabía que podía recuperarme pero una marcha tan dura y teniendo unas condiciones tan diferentes a ellos iba a ser una carga, así que le digo que no me esperen, prefiero ir a mi ritmo sin presión ninguna, Peri de todas maneras se empeña en ir juntos pero nada mas comenzar la bajada veo que se me va y decido no arriesgar para seguirlo, la carretera estaba muy peligrosa y los precipicios que se veian no invitaban a jugarse el tipo, las vallas de protección( si se las podía llamar así), ponían los pelos de punta, los postes tenían una separación de cuatro metros, así que si tenias una caída las posibilidades de despeñarte por un barranco eran infinitas, algunas tenían una especie de redecilla de protección pero no creo que sirvieran de mucho en caso de caida.

Con mucho cuidado y algo de frio termino la bajada y comenzamos a subir el San Gotardo, no sabía muy bien donde comenzaba la subida, me iba encontrando varios repechos seguidos de descansos y no terminaba de coger ritmo, las sensaciones no eran malas pero ni mucho menos como para pensar en terminar la prueba, aún así me encontraba más animado que al terminar el sustenpass. Llego al segundo avituallamiento y me paro a comer algo y cargar los bidones, recordaba lo bien que me vinieron los platanos en la Murcia-Madrid y me como varios trozos, lleno los bidones y salgo rápidamente viendo que hay que cruzar la carretera y viene mucho tráfico de frente pero llego tarde, hay una cola interminable y la gente no está por la labor de dejarte pasar, así que en un pequeño hueco que veo me meto jugándome el tipo haciendo frenar al coche que venía de frente, el subidón de adrenalina me vino bien ya que en los siguientes kilómetros del Gotardo recuperé las buenas sensaciones, el puerto no se parece en nada a todos los que he subido antes, hay un tramo que transcurre pegado a una especie de autovía colapsada de coches y plagado de galerías y la ultima parte desaparece el asfalto y entramos en una carretera de piedras colocadas como si fueran un puzzle que poco a poco te van machacando el cuerpo y no te dejan coger mucha velocidad, mis cálculos para llegar a Airolo empiezan a fallar, el tramo de piedras no se acababa nunca y empiezo a pensar que me van a desviar para la Golden, el corte era a las 11:15 pero no se porqué yo pensaba que era a las 11:30, al coronar el Gotardo había un caos enorme, veía ciclistas en todas direcciones y no sabía muy bien para donde tirar, por suerte no me equivoqué en ningún cruce y pude llegar a Airolo no sin antes jugarme el físico en mas de una curva para intentar ganar tiempo, al llegar al control miro el Garmin y veo las 11:30 justas, pensando que había pasado el corte me paro tranquilamente en el avituallamiento a comer algo y cargar los bidones, al arrancar de nuevo empiezo a mosquearme ya que no he pasado ningún cruce ni me han desviado para ningún lado, sigo para adelante pensando que me he equivocado en algún sitio hasta que llego a un cruce donde veo a alguien de la organización señalando a sus dos lados, le pregunto por la Platin y me señala para mi derecha, al ver que no me indica nada más doy por supuesto que he superado el corte, los siguientes kilómetros fueron lo mejor de la marcha, la lluvia que había comenzado a caer bajando el Gotardo desaparece he incluso sale el sol, además la carretera va siempre picando hacia abajo y la media comienza a subir, la alegría que llevaba por haber superado el corte no era pequeña, me voy haciendo a la idea de que puedo terminar, ya había superado dos puertos y me recuperaba bien de los esfuerzos, así que en el tramo hasta el Lukmanier como bastante y voy relajado preparándome para el siguiente esfuerzo, los kilómetros pasan volando y al llegar al siguiente avituallamiento mis cálculos son bastante alentadores, inocentemente pensaba que iba sobrado para terminar antes del cierre de control, pero no contaba con lo que se me venía encima, al poco de comenzar a subir el Lukmanier comienza a caer una fina lluvia que enseguida se convierte en un chaparrón, al principio decido no ponerme el chubasquero para no freirme dentro pero al final tengo que parar sin mas remedio ya que iba totalmente empapado. La primera mitad de la subida es bastante irregular, con bastantes descansillos he incluso alguna bajada pero la segunda mitad es mas sostenida y comienzo a encontrarme mal, no llevo ninguna referencia del puerto salvo que se debía de coronar por debajo de los 2200 metros, recordaba que era muy largo pero no tenía ni idea de cuanto me quedaba así que procuro no torturarme mucho y pensar solo en dar pedales, los últimos kilómetros fueron un autentico infierno, la lluvia el aire y esa horrible sensación de no saber si tienes frio o calor hicieron que al llegar al avituallamiento me dieran ganas de retirarme, parecía que se hubiera hecho de noche de repente, estaba en el fin del mundo helado completamente y con un buen pajarón, me tomo un tiempo para decidir que hago pero al ver que el frio aumentaba decido dejarme caer esperando que abajo hiciera mejor temperatura o incluso dejara de llover, pero no fue así, tras subir aún un par de kilómetros y superar un largo túnel comienzo a bajar y a darme cuenta de lo que se me venía encima, el frio era tremendo y la tiritona que llevaba me hacía muy difícil controlar el manillar, quería bajar rápido pero al aumentar la velocidad la bici se me iba y tenía que aflojar de nuevo,al terminar la bajada comienzo a hacer cálculos otra vez y sigo pensando que voy sobrado para llegar antes del cierre de contról pero la lluvia y el frio me tenían muy preocupado, en las dos siguientes bajadas por lógica debería de bajar la temperatura y después del suplicio del Lukmanier no estaba seguro de poder soportarlo.
Al comenzar a subir el Oberalpass me vienen las mismas sensaciones de los dos puertos anteriores, me encuentro muy frio y voy muy atrancado, pero al igual que en los otros poco a poco voy entrando en calor he incluso hay momentos que me encuentro pletórico pero como mi experiencia me dice que esto son sensaciones pasajeras voy regulando todo lo que puedo y guardando fuerzas para el final, por esta zona me encuentro bastante gente, la mayoría con síntomas evidentes de pájara salvo una chavala que me pasó justo al comenzar la parte más dura del puerto, en parte por orgullo y en parte por tenerla de referencia intento seguirla pero me es imposible, las fuerzas están ya muy justas y decido seguir a mi ritmo, los últimos 8 kilómetros son bastante continuos, rondando siempre el 8% de desnivel, conforme me voy acercando a la cima me va dando cada vez más miedo empezar a bajar, en los puertos anteriores mientras subía mantenía algo de temperatura pero en este ya solo sentía cada vez mas frio, lo que me ayudaba a seguir era pensar que ya solo me quedaría un puerto pero al mismo tiempo tenía la duda de si me aguantarían las fuerzas. Al llegar a la cima paro en el avituallamiento y al igual que en el Lukmanier el panorama era dantesco,lluvia, aire, barro y algunos ciclistas por allí tirados, supongo que esperando que fueran a recogerlos, procuro no parar mucho tiempo para no coger más frio pero al montar en la bici la tiritona que llevaba era de campeonato y para colmo la lluvia aprieta por momentos, al poco de comenzar a bajar entro en una zona de niebla y empiezo a pensar en bajarme de la bici, no veía nada y tampoco me quería quitar las gafas para que no me entrara agua a los ojos por lo que me las bajo un poco y así prácticamente a ciegas consigo terminar la bajada, completamente helado y pensando que estaba más lejos de la meta que nunca, en esos momentos me parecía imposible poder subir el último puerto y menos bajarlo.
Justo al comenzar la subida al Sustenpass estaba el último punto de control, iba tan ciego que paso por al lado y ni me doy cuenta, menos mal que por detrás iba un grupo y al verme me pegan un grito y me avisan, ya solo me faltaba que me descalificaran por un descuido, pero dentro de lo malo ahí estaba, a tan solo 17 kilómetros de la gloria y dispuesto a dejarme las poquitas fuerzas que me quedaban por llegar.
Como en todos los puertos anteriores empiezo muy frio y haciendo cálculos sin parar como si fuera una calculadora, las piernas las llevaba vacias pero la cabeza no paraba de hacer cuentas, por muy mal que subiera me sobraban 45 minutos para llegar dentro del tiempo, conforme pasaban los kilómetros la motivación iba aumentando, incluso a mitad de la subida me encontraba bien de fuerzas, por lo menos para coronar dignamente pero cuando por mis cuentas me quedaban 3 kilómetros para coronar comienzo a sentirme mal y en un abrir y cerrar de ojos se me van todas las fuerzas, de ir a 12 por hora paso a ir a 8 sin que cambie la pendiente, que no baja en ningún momento del 8%, la poca gente que había pasado durante la subida me adelantan sin que pueda ni siquiera seguirlos, la crisis era total y apenas tengo fuerzas en las piernas para dejarlas caer, cuando me doy cuenta voy de un lado a otro de la carretera, para colmo me había equivocado en mis cálculos, cuando pensaba que me quedaba menos de 1 km para la cima veo a lo lejos que la carretera sigue subiendo y me quedan al menos 2 kms más pero después de todo lo que había sufrido tampoco me importaba mucho, las cuentas me seguían saliendo y aunque había perdido un cuarto de hora de más en la subida todavía entraba dentro del control por lo menos por media hora.
La cima del Sustenpass se encuentra justo al pasar un túnel, al llegar la alegría que llevaba era indescriptible, había superado los 5 puertos y solamente me quedaban unos 35 kms casi todos de bajada, al final del túnel había gente aplaudiendo y animandote como si hubieras terminado la prueba, por lo menos yo me sentía así, en esos momentos no pensaba que nada me hiciera abandonar, ni siquiera el intenso frio que hacía, comienzo a bajar y enseguida me doy cuenta de que la cosa no iba a ser fácil, voy totalmente empapado y el chubasquero no me quita nada de frio, en cuanto paso de 30 por hora comienzo a tiritar y tengo que aflojar, no puedo pasar de 20 por hora, las pocas veces que puedo mirar el marcador los kilómetros no pasan, se hacen interminables y cada vez tengo más frio, incluso voy dando gritos para ver si entro en calor pero el alivio es momentáneo y cada vez la tiritona es mayor, pensaba que conforme fuera bajando la altitud la temperatura aumentaría pero no fue así, a los 10 kms de bajada el frio era ya insoportable y comienzo a pensar en pararme pero al no ver ningún sitio para cobijarme me veo obligado a seguir, los siguientes kms no paro de pensar en pararme hasta que veo una especie de caseta y no me lo pienso, como puedo me bajo de la bici y me meto dentro a intentar calentarme pero no había manera, incluso tengo más frio a cada momento, enseguida me doy cuenta de que aquí se ha acabado esta aventura y decido llamar a Fabio para que suba a recogerme pero con la tiritona que llevaba el móvil me saltaba en las manos y tuve que volver a guardarlo, así que salgo a la carretera con la idea de buscar alguna casa para pedir ayuda y me doy cuenta de que me había parado justo enfrente de un restaurante, la alegría en esos momentos era inmensa ¡¡¡¡¡¡¡Estaba salvado!!!!!!!, salgo corriendo hacia la puerta y entro como si fuera un toro bravo, todavía recuerdo las caras de la gente que había cenando cuando me vieron entrar, no se me olvidará en la vida, parecía que hubieran visto a un fantasma, pero en esos momentos me daba todo igual, me voy para la barra y cuando intento pedirle una toalla al camarero me doy cuenta que no podía ni hablar, apenas podía balbucear,así que con gestos intento pedirle algo para secarme pero imagino que no le costaría mucho al hombre darse cuenta de lo que necesitaba porque al minuto me había sacado una toalla y me había preparado un té bien caliente que me sirvió para calentarme las manos y poder llamar a Fabio para que subiera a recogerme.
Y así terminó esta aventura para mi, 270 kms, 5 puertos, 7000 metros de desnivel, 10 horas lloviendo y ¡¡¡¡¡¡a 20 kms de la meta!!!!!!, algún dia lo mismo vuelvo a terminarla pero solo los 20 kms que me faltaron jejejeje.
Y no puedo terminar esta crónica sin felicitar a mis dos compañeros, Juangre y Peri por terminar la prueba, yo más que nadie me puedo hacer una idea del calvario que tuvieron que pasar para ser unos “Finishers”.

4 comentarios:

  1. bonita cronica pero que final tio,, aggg, conociendote como te conozco, tu que sales en pleno invierno con maillot corto y no tienes frio que frio tendrias alli, maaaaaaadre mia, pero bueno,,,,unas veces se gana y otras se pierde,,jejeje tu tendras que volver para terminar,jijijijii, un saludo amigo.

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  2. Preciosa crónica Domi, sinceramente impresionante. Tú que tanto reparo tienes con tus crónicas, me parece de lo más bonito que he leido, y describes mejor que nadie lo que fue aquello.
    Ah y aunque me consta que no vas a tardar mucho en ser "oficialmente" un finisher, para mi ya lo eres.

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  3. Yo no vuelvo a Suiza a no ser que sea para ingresar algun millón de euros en algun banco o porque me invite Fabian Cancellara a pasar unos dias en su casa jajajajaja.

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  4. Jajajajaja a riesgo de equivocarme, permíteme dudarlo. Se que la empresa fue infernalmente dura y que te ha dejado muy machacado psicológicamente pero creo que algún día te querrás sacar la espina :)

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